Mamoplastia de Reducción
La hipertrofia de la glándula mamaria (senos grandes) trae múltiples alteraciones tanto de orden funcional como psicológicas. Desde el punto de vista funcional el excesivo sobrepeso en la región torácica se manifiesta por “dolores de espalda” y desde el estético no es agradable. Por otro lado el desarrollo excesivo del busto altera la auto imagen corporal y la vida de relación. Esta situación puede ser corregida con cirugía sin alterar la función de la glándula mamaria.
Mediante esta cirugía obtendrá el tamaño de mamas que siempre ha deseado.
Preguntas frecuentes
¿A qué edad debe practicarse la reducción mamaria?
Idealmente se debe esperar a que la mujer alcance su maduración mamaria completa, varios años después del inicio de la menstruación. Sin embargo, si las mamas de tamaño excesivo interfieren con las actividades de la paciente y su autoestima, el procedimiento puede practicarse antes. Tanto ella como su familia deben comprender que puede ser necesario repetir el procedimiento si las mamas siguen creciendo, así como el grado de cicatrización y las posibles pérdidas de sensibilidad y de capacidad de lactar.
¿Es posible la lactancia después de la reducción mamaria?
Sí, dependiendo de la técnica. Obviamente, los procedimientos que dejan la glándula fija al pezón tienen mayor posibilidad de preservar la capacidad de amamantar. Sin embargo, aquellas técnicas que precisan separar la glándula del complejo areola-pezón y por tanto seccionan una cantidad variable de conductos galactóforos probablemente dificultarán o impedirán la lactancia.
¿Están satisfechas las pacientes tras una mamoplastia de reducción?
Tras este tipo de cirugía las pacientes tienen gran satisfacción a largo plazo, a pesar de las cicatrices. En la mayoría de los estudios, más del 95% de las pacientes se someterían nuevamente a la cirugía y la recomendarían a otras personas. Las pacientes están más cómodas al comprar ropa y hacer ejercicio y se sienten mejor con su imagen.
¿En qué consistiría la reducción mamaria ideal?
En lograr una mama con una forma atractiva, preservando la sensibilidad y la capacidad de dar lactancia, con buena supervivencia del tejido y cicatrices mínimas.